No hay razones para no volar,
ni el tamaño de tus alas
ni la hostilidad del aire.
¿Para qué aferrarte a tierra
si te trata como piedra
pero te exige como planta?
No hay razones para no volar,
ni la distancia a la patria
ni las heridas que ya no arden.
¿Para qué bajar los brazos
o ralentizar los pasos
siendo tan ácida la calma?
No hay razones para no volar
mientras el viento cante tu nombre
o en el sol residan tus sueños.
ni el tamaño de tus alas
ni la hostilidad del aire.
¿Para qué aferrarte a tierra
si te trata como piedra
pero te exige como planta?
No hay razones para no volar,
ni la distancia a la patria
ni las heridas que ya no arden.
¿Para qué bajar los brazos
o ralentizar los pasos
siendo tan ácida la calma?
No hay razones para no volar
mientras el viento cante tu nombre
o en el sol residan tus sueños.
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