Me tientas la boca,
me acaricias detrás de los oidos,
me miras a los ojos y te vas.
¡Ay, Poesía! te están buscando mis manos,
y encuentran tus huellas
regadas sin austeridad
en sus pies y pantorrillas.
Poesía, ¡ya saben mis manos donde estás!
están en su cintura, tus mejores tercetos
y en toda su piel tus mejores cuartetos.
En su boca, en su sonrisa: tu magia y tus secretos.
Publicado originalmente por Leonardo Brainstorm.